La cirugía bariátrica engloba a numerosos procedimientos quirúrgicos diferentes para el tratamiento de la obesidad, no obstante se encuentra infravalorada por bastantes sanitarios, debido en parte al desconocimiento respecto a los requisitos que hacen a un paciente posible candidato, y por otra a la creencia, tanto de éstos, como de la propia población, de que se trata de un método “sencillo” para perder peso que sólo requiere de una cirugía. He ahí la gran confusión, estas intervenciones necesitan de manera obligada de un tratamiento previo adecuado interdisciplinar (especialistas médicos, nutricionistas y dietistas, psicólogos y profesionales del ejercicio y deporte…) para comenzar con cambios de hábitos que mejoren el estilo de vida en general, y así poder valorar si el individuo, según sus condiciones particulares, podría ser o no apto a cirugía bariátrica; distinto es que ciertos centros médicos-hospitalarios privados no contemplen el tratamiento previo, y por tanto, derive en fracaso, no sólo a cuanto a la pérdida de peso corporal sino especialmente a la salud del afectado, pues la mayoría de técnicas de cirugía bariátrica implican una modificación importante en la posterior alimentación (incapacidad para admitir cierto volumen de alimentos, aparición de intolerancias, complicaciones, necesidad de tomar suplementos nutricionales de por vida, etc), sin olvidar otras áreas importantes, por ejemplo la afectación a nivel de salud mental.
Ser paciente de cirugía bariátrica, no es por tanto algo sencillo, todo lo contrario, es un proceso muy complejo que de requiere un profundo conocimiento por parte de los diferentes sanitarios que conformen un equipo para esta finalidad, pues el objetivo no es conseguir la pérdida de peso, sino que ésta se realice adecuadamente, ayudando a mejorar así la salud en todos los sentidos, preparando al paciente antes de la misma, adaptando la dieta según cada una de las fases de progresión dietética tras la intervención en base a la situación clínica, tratando posibles complicaciones, llevando a cabo seguimientos exhaustivos a fin de cubrir las necesidades nutricionales y fomentar la adherencia al tratamiento, primando la consolidación de una vida lo más saludable posible.
Ningún tratamiento para la obesidad y el sobrepeso es mágico, todos requieren de la modificación del estilo de vida y mantenimiento del mismo si se quiere conseguir el éxito terapéutico. |
Mitos en relación a la cirugía bariátrica:
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Todas las personas con exceso de peso pueden realizarse una cirugía bariátrica: No, existen consensos médicos que establecen las situaciones clínicas concretas, según la técnica, haciendo a una persona apta o no. Si no se tienen en cuenta lo más probable es que se esté buscando el lucro económico y no la salud del paciente.
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No requiere esfuerzo, es lo más fácil para perder peso, sólo hay que realizar una intervención: No, para lograr la efectividad es imprescindible un equipo interdisciplinar, de lo contrario se podría lograr pérdida de peso pero a costa de perder más salud aún por no recibir un tratamiento integral.
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Se puede volver a engordar tras la cirugía: Sí, sin otros asesoramientos lo más probable es que la persona vuelva al inicio y además sufriendo las complicaciones propias de la intervención (carencias nutricionales, dolores, vómitos, entre otras). También puede ocurrir cuando el paciente no se adhiere a las pautas indicadas.
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Esta cirugía es innecesaria, porque se puede bajar de peso con ejercicio y dieta: Depende, lo habitual es que sea así, pero en algunos casos no, pues el origen se puede hallar en otros factores como una gran capacidad gástrica, problemas de regulación de las señales del hambre-saciedad, alteraciones de la microbiota intestinal, etc. Además a veces es necesario actuar mediante cirugía de manera rápida, pues el paciente cuenta con obesidad extrema que pone en riesgo inminente su vida por afectación de órganos (corazón, riñones, etc.).
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Después de la cirugía se puede llegar a comer como antes: No, no solamente por ciertas limitaciones anatómicas, sino porque el fundamento desde el primer momento es modificar la alimentación para que sea más saludable que antes. Si el paciente no se adapta a nuevos hábitos el tratamiento fracasará pudiendo aparecer complicaciones.
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No se pueden tener hijos después de la cirugía: Si bien es cierto que hay que esperar cierto tiempo para concebir, es porque es esencial mejorar el estado nutricional para que el embarazo sea seguro y sano, tanto para la madre como el feto. No afecta a la concepción, todo lo contrario, la reducción de peso aumenta la fertilidad.
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No puede realizarse en pacientes muy jóvenes ni en mayores: Sí, puede realizarse, sólo hay que tener en consideración las técnicas más aptas según consensos.
Estas intervenciones son una alternativa cuando mediante otros métodos previos (adecuados) no se logra reducir el peso corporal hasta el nivel que se requiere para conseguir mejorar la salud del paciente. No se trata de un tratamiento estético, se trata de salud.
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