Enero es el mes por excelencia de nuevas metas y propósitos para el nuevo año, sin embargo si estos no van acompañados de profundos cambios a nivel psicológico, es muy habitual que con el paso de los días o semanas sintamos que hemos fracasado y abandonemos aquellas intenciones más comunes, por ejemplo dejar de fumar, comer más saludablemente o comenzar a hacer ejercicio físico.
Cualquier cambio que queramos incluir en nuestra vida para hacerla más sana, no puede depender de meras propuestas, más aún cuando se pretenden iniciar «porque es Año Nuevo», «porque es lunes y empieza la semana», entre otras ideas…Si nuestros propósitos no están basados en un objetivo contundente, aquel que nos haga motivarnos para hacerlos efectivos, como podría ser en este caso, contar con una vida más sana, ayudar a prevenir enfermedades no sólo en nosotros, si no también en los que nos rodean, disfrutando así de una mayor calidad de vida en general, lamentablemente, pocos llegan a buen puerto.
Si queremos cambiar de verdad, debemos partir de una gran motivación e ir comenzando por metas que sean realistas, que podamos ir logrando paso por paso, aunque estos sean pequeños, y si puede ser acompañado mucho mejor (por ejemplo: ir reduciendo el sedentarismo e ir siendo cada vez más activo, para luego dar el paso hacia el ejercicio físico que nos guste, aumentando tiempo e intensidad, otro ejemplo sería empezar por dejar de comer aquellas cosas que sabemos que no son sanas, como ultraprocesados, para ir integrando de manera progresiva cambios de alimentación que contribuyen a nuestra salud, como ingerir más alimentos de origen vegetal, (ej. legumbres, cereales integrales, frutos secos, hortalizas y frutas…)).
Y tú, ¿ya has abandonado tus propósitos para 2025?
Si necesitas ayuda, para ti o para ayudar a tus pacientes, puedes lograrla con nuestra formación destinada a este fin. Te dejamos algunas actividades que pueden ser de tu interés:
DIETA SANA
ALIMENTACIÓN Y COCINA SALUDABLES
MITOS ALIMENTARIOS Y CIENCIA
PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
MITOS ALIMENTARIOS I Y II