Ene 27

Salud y genética

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IMPORTANCIA DE LA GENÉTICA EN LAS ENFERMEDADES:

La genética hace que seamos individuos únicos, presentando características similares a las de nuestra familia, algo que nos puede gustar más o menos en función de lo que se trate, pero además de los aspectos visibles heredados de nuestros padres, nos hace más susceptibles a determinadas enfermedades, a su predisposición.

Muchas patologías van a depender de la combinación de nuestra genética, estilo de vida y medio ambiente, por tanto podemos actuar voluntariamente sobre los factores que son modificables para reducir el riesgo de padecerlas. Otras surgen como resultado de la mutación en alguno o varios genes, puede ocurrir que congénitamente (el bebé la presenta ya en el nacimiento) o bien que la mutación surja a lo largo de la vida (por herencia, pero también es posible por influencia externa).

Las mutaciones heredadas más frecuentes son las del trastorno del desarrollo, neurológicas y el cáncer.

Gracias a la evidencia científica, conocemos diferentes procedimientos donde se implica a  la genética para diagnosticar y conocer nuevos tratamientos, incluso permitiéndonos conocer, por ejemplo en el cáncer, la forma de actuación de medicamentos y hasta cuál resultaría el más eficaz.

LA MODIFICACIÓN GENÉTICA COMO TRATAMIENTO

Habitualmente, la genética se empleaba para diagnosticar patologías congénitas y un limitado número de otras patologías (normalmente provocadas por alteración en un solo gen), con tiempo e investigaciones, ha demostrado contar con un grandísimo potencial en la salud-enfermedad, desde el punto de vista de la genética aislada, es decir de un paciente en concreto y también desde su relación con otros factores (por ejemplo en el mencionado cáncer, en diabetes mellitus o las enfermedades cardiovasculares).

Las conocidas como terapias génicas nos permiten obtener tratamientos que gracias a la modificación genética (acción directa sobre el ADN del afectado) logre mejorar o curar una enfermedad, mediante diferentes acciones: Sustituyendo el gen que produce el problema o que esté en carencia,  añadiendo otros genes o desactivando los nocivos.

Para tratar a un paciente genéticamente se requiere de un vector, es decir un vehículo que introduzca el material genético de interés dentro de sus células (los más recurrentes son los virus por su capacidad para tal fin, pero evidentemente con previa modificación para evitar que cause una enfermedad infecciosa).

La terapia génica puede ser interior, mediante inyección directa del vector con la información genética que requiera, o interior, cuando se extraen células del enfermo (en forma de sangre, tejidos o médula ósea) y se introduce el gen en esas células, tras eliminar los datos genéticos indeseables, y con posterior inyección.

Las nuevas técnicas que se investigan están orientadas a mejorar el diagnóstico, crear terapias más efectivas, donde la personalización va a resultar fundamental (farmacogenómica) e incluso ayudar a prevenir enfermedades.

Aunque todavía queda mucho por conocer, parece que el futuro este área resultará ser esperanzadora.

Si quieres tener más conocimientos sobre esta materia, aprendiendo sus bases y tipos de procedimientos para la salud y ciencias forenses, te esperamos en nuestro curso de APLICACIONES DE LAS TÉCNICAS DE GENÉTICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR.

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