En relación a las enfermedades degenerativas, entre las que se incluyen el Alzheimer, Parkinson, ELA, esclerosis múltiple, osteoporosis, artritis reumatoide, diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc, la OMS y otras eminentes entidades científicas han elaborado una serie de recomendaciones o pautas generales respecto a la dieta y composición nutricional de esta con el objetivo de ayudar a prevenirlas:
- Valor energético de la dieta: Es importante aportar al organismo la energía necesaria en función a las características individuales y actividades que se realicen a diario. Debemos evitar el sobrepeso y obesidad por su relación con la aparición de enfermedades crónicas. Y no solo hay que atender a lo que comemos; las bebidas no pueden pasar desapercibidas dado el alto consumo de refrescos azucarados en la actualidad.
- Verduras, hortalizas y frutas: Es necesario aumentar su consumo. La evidencia científica lo deja claro, cuando se consumen estos alimentos en altas cantidades reducimos el riesgo de enfermedades de índole cardio-cerebrovascular, así como el cáncer.
- Cereales integrales: Se deben seleccionar cereales de grano entero a fin de aumentar el contenido de fibra en la dieta, asociado también con menor riesgo de enfermedades del corazón y diabetes tipo 2, ayuda a controlar el peso y previene el estreñimiento, entre muchos otros beneficios.
- Grasas saturadas y grasas trans: Se recomienda reducir el consumo de las primeras y eliminar las segundas, aumentando las grasas insaturadas, especialmente consumiendo alimentos ricos en ácidos omega-3. Este punto nos ayudar también a protegernos de las enfermedades cardiovasculares y en general a reducir la mortalidad.
- Azúcar: Según las indicaciones de la OMS el aporte de azúcares debe ser como máximo un 5% con respecto al valor energético total de la dieta, por ello es imprescindible evitar bebidas azucaradas y otros productos ultraprocesados (galletas, magdalenas, mermeladas, etc) que favorecen el exceso de peso, la diabetes, enfermedades del corazón y el síndrome metabólico.
- Sal: Se debe limitar su consumo a un máximo de 5 gr por día, dado que según datos estadísticos actuales llegamos incluso a duplicar esta cifra y sus repercusiones son mayor riesgo de hipertensión, de ictus, enfermedades coronarias, etc.
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