Dic 17

Esclerosis múltiple

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Mañana se conmemora el día de la esclerosis múltiple en España, una patología crónica de carácter autoinmune, inflamatorio, que es desmielinizante y es neurodegenerativa de Sistema Nervioso Central. Se estima que su prevalencia es superior a 55.000 personas, solo en nuestro país. Y aunque generalmente se diagnostica entre los 20-40 años de edad, también es posible padecerla incluso con menos de 18 años (considerada como esclerosis múltiple pediátrica) o con más de 50 años, no obstante, ambos casos suelen ser poco frecuentes en España. La esclerosis hace distinción de género, siendo mucho más frecuente en mujeres (3 de cada 4 casos diagnósticos). 

El cuadro clínico es muy variable, pueden surgir problemas de agudeza visual, mareos y vértigos, hormigueos y adormecimientos en miembros, sensación de fatiga, espasmos, rigidez muscular, alteraciones del equilibrio y coordinación; son además habituales otros no tan evidentes, como por ejemplo dolor, deterioro cognitivo, estados depresivos y/o ansiedad, afectación del área sexual… Aunque normalmente aparecen en forma de brotes con una mejora posterior, todos estos suponen un detrimento de la calidad de vida del paciente, pues es una de las primeras causas de discapacidad, concretamente en adultos jóvenes. 

Sobre sus orígenes, las investigaciones nos indican que no están del todo claros, siendo posible una predisposición genética con respuesta autoinmune no adecuada, el efectos de algunos virus, agentes medioambientes, contar con valores bajos de vitamina D, tabaquismo, IMC elevado durante la etapa de adolescencia, entre otros. 


Ver Vídeo sobre EM. Fuente: Fundació Esclerosi Múltiple

Lamentablemente nos encontramos ante una enfermedad considerada grave, sin embargo cuando el diagnóstico es precoz se observa una mejor respuesta a los tratamientos y por tanto una evolución más positiva respecto al estado de salud en general.  Dicho diagnóstico llevarse a cabo por parte del área de neurología, partiendo de un diagnóstico diferencial debido a la gran diversidad de síntomas. Se suelen realizar: análisis sanguíneos, punción lumbar, resonancia magnética u otras pruebas de imagen del cerebro, así como potenciales evocados (de estímulos sean nerviosos o visuales).

Respecto al tratamiento, contamos con diferentes tipos según la finalidad:

  1. Rehabilitador: Su objetivo es la recuperación funcional, mediante el uso de rehabilitación neurológica, donde intervendría un equipo interdisciplinar.
  2. Farmacológico: Se siguen desarrollando nuevos medicamentos para modificar la evolución. Dentro de esta variante se encontraría el tratamiento de tipo modificador, donde se emplean fármacos que pretenden reducir tanto la frecuencia como severidad de los brotes, así como evitar que surjan nuevas lesiones cerebrales y de la médula espinal. Hay que recordar que cuanto antes se realizar el diagnóstico y se aplican los tratamientos mayor efectividad se logra.
  3. Sintomático: Aquel basado en reducir los efectos de la enfermedad para mejorar la calidad de vida.
  4. Agudo: El que se aplica cuando ya se ha dado el brote con objeto de acelerar la recuperación (pero que no influyen en la evolución de la esclerosis a largo plazo).
Mini-Examen Clínico: ¿Qué tanto sabe de esclerosis múltiple?
Ejemplo de la fisiopatología de la EM

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